Breve historia de mis antepasados
Quizas ahora que el tiempo estival y el astio de la no actividad hacen algo de mella en mi ánimo y porque se que ninguno de mis hermanos lo hará ya que no tiene nada ver con la Agencia Tributaria, ni con Zara y mucho menos con el juzgado. Y quizas, porque antes de empezar a "comerme mil libros" para la tésis quiero dejar escrita una historia, he decidido contarme a mi misma la historia de mis abuelos.
Como hace calor y estoy vaga la haré breve y es algo así...
Soñando con Eli´s Island.
Mañana todo quedaría atrás, el seco y duro invierno salmantino, la pobre dehesa y la casa de piedra grande donde iban y venian forasteros. Tambien quedaría atras la escuela, el cura y los amigos de correría del campo. Quedaba atrás una infancia breve, robada que sabia pueblo castellano.
El barco a Ámerica salía de la Coruna en unos días y todavía había que llegar a esa ciudad atravesando la parte norte de Castilla. Dos niños uno de 8 y otro de 14 salieron de la aldea de Sequeros, cerca de la Peña de Francia en sentido opuesto a su nombre.
No se como fue la llegada al Isla de Eli, mi abuelo falleció cuando yo tenía la misma edad que cuando él surcó el atlantico. Se sin embargo, que vivó alli trabajó de botones en el Warldof Astoria en NY y cuando llegó a los 20 volvío a España. Luego se casó con mi abuela y dirigió hoteles como el Real en Santander, (donde nació mi padre), el Alfonso XIII en Sevilla (donde nació mi tio). Se afincó en Madrid trabajndo en el Ritz y durante la guerra fue traductor.
Tengo sus libros, una enciclopedia llena de recortes de prensa, que el iba colocando en las páginas de las definiciones supongo que para aprender. Por el número de recortes en página y los temas se que mi abuelo tenía un gran afán por saber y quiero pensar de un modo romántico, que es el patrimonio que me ha dejado.
Mi padré no me habló en exceso de mi abuelo se que era su nieta preferida, que le encantaban los sellos y que mi tio le desquiciaba (bueno mi tio desquiciaba a todo el mundo pues era habitual que apareciera un martes a las 8 de la mañana con un tablao flamenco en tu casa incluida guitarra y vino).
Pero sin embargo, me pregunto qué pensaría y cómo se sentiría la última noche que durmió en la posada de mis bisabuelos soñando en la isla de Eli...
Belle Epoque.
Un hombre muy guapo, alto, de enormes ojos verdes y muy distinguido. Ese era mi abuelo materno. No trabajó hasta bien entrados los cuarenta cuando hubo dilapidado hasta la última peseta de su fortuna. Viajes a Paris, vacaciones en Biarritz (con bañador de rayas y calabazas incluida) y alternar en sociedad. Una buena vida salvo por una infancia marcada por al temprana orfandad. Dos matrimonios, el segundo con mi abuela (un personaje que merece un blog entero) y tres hijos con notables diferencias de edad. Un vividor y un hombre tranquilo a quien la guerra le privo de seguir una vida plena. Fue fusilado por las envidias de los pueblos, nunca apareció su cadaver al igual que ocurrió con hijo mayor de 25 años.
Nunca se metieron en política le gustaba viajar y vivir bien, pasear por Alcalá y cuidar de sus hijos. Mi abuelo no era ni republicano ni frnaquista era un señor al que le encantaba veranear en Biarritz con un bañador a rayas y unas calabazas a la cintura, nada mas y nada menos.
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